Escribir y Amar: Imposibles de forzar
Todos los que escribimos, mal o bien, escribimos aunque no nos lean , porque se escribe por necesidad, por impulso. Es una energía indefinible que brota de nuestro ser, incontenible: Escribas lo que escribas, lea quien te lea. El motor no tiene un lugar definido. Pero sí encendido y apagado automático: No se puede encender a voluntad... Quien alguna vez intentó arrancar el motor a la fuerza, empujandolo en busca de inspiración sabe que es imposible. NO SE PUEDE FORZAR. Como tantas cosas de la vida, que cuanto más se fuerzan peor acaban. La sensación de impotencia te invade y la desesperación es la línea de llegada. Pero sin bandera a cuadros, sin triunfador, sólo perdedores. El término "dejar fluir" tan trillado, es un mandamiento a la hora de escribir. En el siglo XXI la recomendación es: levantá las manos del teclado, apagá la computadora y salí a caminar. Ya está, hoy no fue, ya vendrá. El problema es que el "ya vendrá" no tiene plazo. No existe una hora o un dí